miércoles, 13 de mayo de 2009

Habilidades del Management aplicadas al Marketing de las Organizaciones. PARTE II

EL FACTOR EMOCIONAL

El management nos brinda, entre otras, habilidades para incorporar y aplicar a la conducción y liderazgo de los equipos.
El líder debe ser ecléctico y pragmático, lo cual implica que sea flexible, abierto y se nutra de los mejores estímulos para tomar decisiones.
Muchos de los líderes actuales que han hecho carrera en el ámbito de los negocios no sólo se han desarrollado por su conocimiento del negocio en el que participan y su sentido de la oportunidad, sino también y en gran parte, por haber sabido rodearse de un equipo que los llevó a la cima.
Uno de los diferenciales de esta clase de conductores y decisores del negocio es una correcta lectura de las necesidades emocionales de quienes los rodean.
Esta capacidad permite obtener lo mejor de cada individuo de manera tal que cuanto más heterogénea sea la conformación del equipo de trabajo, mayor potencialidad tiene.

Revisemos la caja básica de habilidades emocionales que el líder actual debería manejar con soltura:

Sensibilidad: es imprescindible para captar los deseos y capacidades de cada colaborador real o potencial. El líder que cuenta con esta capacidad tiene la posibilidad de captar las fortalezas de cada individuo y aplicarlas al proyecto. El buen uso de la sensibilidad permite evitar un error importante y usual en la conducción de equipos: esperar cosas de quienes no pueden brindarlas. El líder debería tener la capacidad de saber qué puede esperar y qué no de sus colaboradores.

Afinidad con la Comunicación: la transmisión de datos, información y emociones es lo que en la práctica liga a los miembros del equipo entre sí y garantiza el desarrollo del conocimiento. Evitar la transmisión sólo genera aislamiento, falta de conocimiento y desajustes. Siempre, aún en los casos en que haya conflictos pasajeros o terminales, es mejor comunicar que no hacerlo. En este caso, comunicar descomprime al resto del equipo, los que no están directamente incluídos en el conflicto.

Flexibilidad: sepamos revisar lo que planeamos y detectar cuando es necesario cambiar y utilizar opciones distintas, aunque no sean las que planeamos originalmente. Cambiar a tiempo es un símbolo de fortaleza, pese a que a veces se percibe como un acto de debilidad o inseguridad. Obviamente, cambiar todo el tiempo, es una señal de desorientación al menos (obsérvese Cholo Simeone, mal que le tengamos cierto aprecio por su origen académico).

Capacidad de funcionar en equipo: el líder debe funcionar en equipo al tiempo que saber tomar decisiones por sí mismo. El funcionamiento en equipo genera el espacio adecuado para que cada uno ponga lo mejor que tiene al servicio del objetivo en común. Y mejor aún, propicia la posibilidad de vivir los procesos con mucho dinamismo ya que el "ir haciendo juntos" garantiza aprendizaje, crecimiento individual y colectivo.

Generación de aprendizaje: facilitar el aprendizaje del equipo es aumentar la probabilidad de éxito del conjunto. El conocimiento debe fluir dentro de cada equipo y de cada Organización. El líder exitoso facilita las condiciones para generar el proceso de aprendizaje de sus coladoradores indivualmente y en conjunto. El equipo que sabe está mejor preparado que el que ignora, y su líder será beneficiario de cualquiera de las dos situaciones. Negar la formación del equipo por miedo a que “después se vaya” es una postura que nos limita y nos hace perder el norte de la cuestión. Si cuidamos a nuestros colaboradores, veremos que no nos resulta tan difícil apostar al desarrollo del conocimiento.
Asociar a la gente al proyecto: es la mejor fuente de motivación que se conoce actualmente. Más que el sueldo y los beneficios que, de no ser acompañados de una convocatoria clara y generosa al proyecto, terminan siendo un componente más de la rutina laboral. Las personas necesitan diferenciarse por lo que son, disfrutan y saben hacer y, por lo tanto es importante para la mayoría de las personas sentirse involucrado en los planes de la empresa. El líder del área de Marketing tiene la oportunidad de integrar a la fuerza de ventas de manera positiva e invitarlo a formar parte de su plan de Marketing. Se trata de una herramienta que brinda excelentes resultados y que actúa como un juego de suma 0, si lo asociamos tenemos al equipo comercial de nuestro lado, y si no lo asociamos es casi un hecho que podamos tenerlo en contra o al menos indiferente, que para el caso representa lo mismo.
La próxima entrega será la tercera y última de esta nota.
Saludos, JORGE